viernes, 8 de mayo de 2009

No dejes para mañana la luna que puedes ver hoy

Soy lento e impreciso.
Si te dije que te quiero,
eso fué ayer.
Pero tambien iba a decirtelo mañana,
con la luna.

Pensaba llevar dos copas de estaño
a nuestros corazones postergados,
debajo de esta piel lunática
que busca su naturaleza
en los secretos de la noche.

Pensé en llamarte mi amor,
en abrir los brazos a la medianoche.

Pensé en alimentarme de vino profundo
de uvas azules.

Y bajo tu lecho eterno,
celebrar tu cumpleaños
en este momento cósmico inventado por mi.

Pensé en hacerte una fiesta pagana: un tambo
multiplicado con piezas musicales de polvo de zapateados
resonando en latidos intimos y lalareando sensuales secretos.

Pensé en darte flores,
en buscar estrellas en las plantas
y recortar el cielo del jardín
para llevarte un solo espíritu de vida brillante
y ver con tus ojos ciegos
las marcas de la luz en las cosas en la tierra.

Pensé en millones de hijos
llenos de contornos periféricos
forjando estilos humanos
que saben como reir contigo
y llorar con tu ausencia distraida
en fados portugueses.

Pensé en muertos atónitos y sin opciones
resignados a la vida.
Momias perdiendo la razón
y volviendose cactus en Machu Pichu
para recibir tus nietos
lloviendo a chuzos.

Pero la verdad
pensaba por pensar.
Queria una única aurora,
una única luz matinal contigo,
un único beso

Hoy.